Porque cuando la procrastinación es tu segundo nombre y el desgano tu apellido, que te digan lo que tienes que hacer, no significa que te cambie el mood y comiences a hacerlo.
Entonces… ¿Qué hacemos?
Tomar muchas pequeñas decisiones cada día.
Si piensas que tienes que decidir sobre tu futuro, es probable que te invada la ansiedad y se te nuble la mente.
Pero al abrir los ojos tienes la posibilidad de tomar una primera decisión: “Me quedo 5minutos más (que seguro se convierten en 30) o me levanto enseguida”
Y luego a medida que avanza el día… sigues teniendo montones de oportunidades para tomar decisiones. Seguramente estos momentos pasan desapercibidos en tu vida y te des cuenta de que muchos de ellos los vives en automático. Ejemplo:
“Tomo agua o tomo una gaseosa”
“Reviso Instagram o escucho un audiolibro”
“Sigo viendo TV o la apago”
Si observas tu día, notarás que detrás de cada acción, hay una decisión… claro, esa decisión pudo ser tomada por ti o por el piloto automático que muchas veces rige tu vida.
La primera decisión a tomar es… ¿Quién lleva las riendas de mi vida?
Si en efecto eres tú, comienza a caminar más despacio y desde la conciencia. Pensando es esa decisión de la que ahora, te estás haciendo responsable